Ejemplos de OKR: Cómo Implementar esta Metodología Paso a Paso en tu Organización

El término OKR se ha vuelto muy popular en los últimos años en la gestión empresarial, especialmente en áreas como IT, marketing o recursos humanos. Esta metodología propone una forma de orientar el trabajo que ha demostrado ser muy interesante para impulsar el éxito de las organizaciones. Los OKR establecen metas ambiciosas y realizan un seguimiento del progreso, lo que mejora el rendimiento y el compromiso de los equipos.

¿Qué es la metodología OKR?

OKR, acrónimo en inglés de Objetivos y Resultados Clave, es una metodología de trabajo que orienta todas las acciones y esfuerzos del equipo hacia el cumplimiento de objetivos de negocio comunes. Establece metas claras y ambiciosas a corto plazo, normalmente tres meses, y mide periódicamente su consecución.

Esta metodología puede ser aplicada en cualquier tipo de negocio, involucrando a todos los equipos y personas para contribuir a la estrategia comercial y la visión de la empresa. Su objetivo es asegurar que todos los empleados conozcan los objetivos de la organización y trabajen juntos para alcanzarlos.

A diferencia de otros enfoques basados en metas, los OKR definen objetivos desafiantes que, aunque no se logren en su totalidad, generan resultados muy positivos. Esto saca a los equipos de su zona de confort y promueve un mejor rendimiento. Además, impulsa una mejor priorización de tareas y el aprendizaje a través de los errores y éxitos.

Breve historia de los OKR

A pesar de su popularidad actual, los OKR no son un enfoque novedoso ni reciente. En los años 50, la administración por objetivos (APO), popularizada por Peter Drucker, ya adelantaba algunas ideas de esta metodología.

Sin embargo, se suele atribuir la creación de los OKR a Andy Grove, CEO de Intel en los años 70, quien fue responsable de muchos de los éxitos de la compañía. Más tarde, en los años 90, John Doerr popularizó el enfoque de los OKR en Google después de su experiencia en Intel.

Desde entonces, el uso de los OKR se ha extendido cada vez más, siendo utilizados por empresas como Google, LinkedIn, Airbnb y numerosas startups en la actualidad.

Beneficios de la metodología OKR

La implementación de la metodología OKR proporciona numerosas ventajas a las empresas:

  • Alinear los equipos y favorecer el trabajo colaborativo.
  • Mejorar la motivación y compromiso de los empleados.
  • Potenciar una comunicación más fluida y eficaz.
  • Promover una priorización de tareas y focalización de los esfuerzos.
  • Aprender de los éxitos y los errores y favorecer la mejora continua.
  • Optimizar los procesos y flujos de trabajo.
  • Conectar el trabajo diario con los objetivos estratégicos de la organización.
  • Conocer el progreso de la organización.

¿Cómo hacer un OKR?

Como su propio nombre indica, un OKR se compone de dos partes:

  • Objetivo (O): Es la meta que se desea alcanzar. Es un elemento cualitativo, inspirador y centrado en el impacto en el negocio.
  • Resultados Clave (KR): Son hitos o resultados medibles que informan del progreso hacia el objetivo (cuantitativos). Representan el cómo conseguir la meta y permiten conocer si se alcanza o no.

Si bien, como veremos en el punto en el que hablamos de su implementación, un OKR va a necesitar, además de un objetivo y dos o tres resultados clave, acciones. Éstas serán las tareas a realizar para conseguir los resultados clave planteados y acercar a la empresa, como consecuencia, a su objetivo.

¿Cómo deben ser los OKR?

A la hora de establecer OKR y de poner en práctica esta metodología se cometen numerosos errores. A continuación compartimos algunas claves de cómo son y deberían ser los OKR que utilicemos:

  • Los OKR establecen objetivos claros y ambiciosos (pero conseguibles) a corto plazo (normalmente a tres meses).
  • Los objetivos son cualitativos, aspiracionales y se centran en la estrategia comercial y visión de la empresa.
  • Los resultados clave son medibles, calificables a través de parámetros que permitan comprobar si se ha alcanzado o no el objetivo. Un buen resultado suele tener en torno a un 60% o 70% de éxito. Cifras superiores suelen indicar que los objetivos no eran suficientemente ambiciosos e inferiores que deben ajustarse.
  • Tanto los objetivos como los resultados son limitados. Deben plantearse dos o tres objetivos por cada periodo de tiempo (anual, trimestral, mensual…) y dos o tres resultados clave por cada objetivo como máximo.
  • Los OKR son públicos, deben compartirse a todos los miembros de la organización.
  • Se revisan y actualizan continuamente.
  • No sirven para evaluar empleados y no son KPI ni tareas.
  • No se imponen, sino que se acuerdan entre las personas implicadas.

OKR vs. KPI

Uno de los errores más habituales es confundir los OKR con KPI (Key Performance Indicators). Pero son conceptos diferentes.

Como su propio nombre indica, los KPI miden el rendimiento y permiten hacer el seguimiento de una iniciativa o proyecto. Mientras que los OKR muestran una meta que se quiere alcanzar y cómo hacerlo. Así, los KPI miran hacia el pasado, mientras que los OKR guían hacia un futuro que se desea para la organización. Son indicadores de una situación que aún no ha ocurrido.

Igualmente, los KPI suelen utilizarse más a nivel de equipo, mientras que los OKR están más vinculados con la organización o sus distintos departamentos y se sitúan en el plano de la estrategia. Algunos KPI habituales en metodologías ágiles son el Lead Time, el Cycle Time, la velocidad, etc. Mientras que los OKR estarían más relacionados con la entrega de valor a los usuarios, con el negocio.

No obstante, a pesar de sus diferencias, los OKR y los KPI no son conceptos excluyentes, sino que deben utilizarse conjuntamente. Los KPI aportan información valiosa acerca de la situación actual, mientras que los OKR marcan la dirección a la que apuntar.

Cómo implementar OKR en tu organización paso a paso

Establecer el objetivo principal

Lo primero que hay que hacer es definir el objetivo principal de la organización (habitualmente anual), hacia dónde se quiere ir y qué se quiere conseguir. Este propósito debe surgir de la misión y visión de la empresa.

Determinar los objetivos a corto plazo

¿Cómo establecer y gestionar objetivos con la metodología OKR?

La metodología OKR (Objectives and Key Results) es una herramienta efectiva para establecer y gestionar objetivos en una empresa. A continuación, te explicaremos los pasos clave para implementar esta metodología de manera exitosa:

1. Establecer los objetivos (O) a corto plazo

Una vez determinado el objetivo anual, se deben establecer los objetivos a corto plazo, normalmente trimestrales, que contribuirán al propósito general. Estos objetivos deben ser cualitativos, aspiracionales y relevantes para el negocio. Se recomienda limitar el número de objetivos a no más de tres por cada periodo de tiempo.

2. Definir los resultados clave (KR)

El siguiente paso es concretar los resultados clave, que son los indicadores que permitirán conocer si se avanza en la dirección deseada. Estos resultados deben ser cuantitativos, medibles y ambiciosos, y se deben limitar a dos o tres por cada objetivo. Es importante resaltar que los resultados clave no son tareas, sino los resultados esperados.

En relación con los resultados clave, habrá que determinar los KPI (Key Performance Indicators) más interesantes para el proyecto, que aportarán información valiosa para medir la consecución de los resultados clave.

3. Comunicar los OKR

Una vez definidos los OKR, es fundamental comunicarlos a todas las personas involucradas en la organización. La metodología OKR busca que todos los trabajadores conozcan los objetivos de la empresa, se comprometan y trabajen juntos para conseguirlos. Es importante que todos los integrantes conozcan el propósito de la organización y lo tengan presente en sus acciones diarias.

4. Diseñar y ejecutar un plan de acción

Una vez establecido el objetivo y sus resultados clave, se necesita definir las tareas necesarias para su consecución. Esta labor suele involucrar al equipo de trabajo que posteriormente las llevará a cabo. Es importante contar con un plan de acción claro y detallado para seguir el camino correcto hacia el logro de los objetivos.

5. Revisar y ajustar los OKR

Los OKR se deben medir, revisar y ajustar continuamente a medida que se ejecute el plan de acción y se obtengan resultados. Es importante analizar los OKR y adaptarlos a los cambios y nuevas necesidades que puedan surgir. También se pueden establecer nuevos OKR que impulsen aún más el éxito de la organización.

En resumen, la metodología OKR es una herramienta potente para establecer y gestionar objetivos. Siguiendo estos pasos, podrás implementarla de manera efectiva en tu empresa y aumentar las posibilidades de éxito.

Aprender y mejorar continuamente

Uno de los beneficios de aplicar la metodología OKR es que promueve la mejora continua. Así, en este último punto hay que analizar qué ha funcionado y qué ha fallado y aprender de los éxitos y los errores.

Ejemplos de OKR en desarrollo de software

La metodología OKR se puede utilizar en distintos ámbitos, entre ellos en IT. A continuación compartimos tres ejemplos de OKR para proyectos de desarrollo de software:

Ejemplo de OKR #1: Lanzamiento de un producto digital

  • Resultado clave 1: Ser probado por un 15% de los clientes actuales en tres meses.
  • Resultado clave 2: Recibir una valoración superior a 7 en los tres próximos meses.

Ejemplo de OKR #2: Agilidad del equipo

Objetivo 2: Ser más ágiles desarrollando soluciones de software para los usuarios.

  • Resultado clave 1: Entregar nuevas funcionalidades un 20% más rápido en tres meses.

Ejemplo de OKR #3: Calidad del software

Resultado clave 1: Reducir un 15% el tiempo que el equipo tarda en detectar y corregir errores en los próximos tres meses.

Conclusión

OKR es una metodología de trabajo orientada a objetivos, que promueve el establecimiento de metas claras y ambiciosas a corto plazo, que todos los integrantes de una organización comparten y trabajan conjuntamente por conseguir. Es un enfoque que, aunque surgió en los años 70, ha ganado gran popularidad en los últimos años, por mejorar el compromiso y el desempeño de los equipos.

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